La mirada del Espíritu y la Declaración Universal del Ser humano.
La filantropía está en la mirada. Nos habla sobre la identidad y la identificación.
Al mirar a otra persona ¿qué ves en ella?, ¿cómo te ves tú con respecto a ella?. Pobre, rico, fuerte, débil, ignorante, educado, afortunado, desafortunado... Si crees que el otro necesita lo que tu tienes y solo tu puedes darle (el complejo del salvador del mundo) entonces estás viviendo desde la ilusión de la separación. Lo que se ve en el otro es inconscientemente un reflejo de aquello con lo que tú te identificas.
Desde este plano de la existencia, siempre tendrá que haber un conflicto entre opuestos (pobreza para que haya riqueza, guerra para que haya paz…) y nuestras acciones nos llevan inexorablemente al bucle de la destrucción de las relaciones humanas.
Los griegos nos regalaron esta bella palabra que significa amar a la humanidad. El amor entendido como la poderosa energía que sostiene todo el Universo. El que no lleva ninguna carga emocional y permite ver al otro como lo que tú eres, un SER de LUZ en continuo proceso de evolución, de sanación y de aprendizaje.
A medida que avanzamos en nuestro proceso de transformación interior (la evolución de la consciencia, el camino de las baldosas amarillas…) se abre la mirada del espíritu y la humanidad se comprende como un conjunto del que todos formamos parte.
Es entonces cuando el ser humano se declara libre e igual al otro. Se armoniza el conflicto entre opuestos y se alcanza un nuevo plano de existencia (el otro lugar), donde es posible restaurar las relaciones humanas y vivir desde la libertad, la abundancia, la alegría y la creación; aprendiendo a compartir y a distribuir los recursos de los que somos custodios (sean cuales sean) de manera sabia y consciente.
Filántropo es el ser humano que avanza hacia los principios universales que unifican; que ve cada situación como una oportunidad para aprender o una oportunidad de ser LUZ que ilumina el camino del otro.
Filantropía es el oficio del humano que ha aprendido a mirar y a amar; a indentificarse con su SER y a ser UNO con el otro.
Artículo publicado en Bubbles Vol. 2. La Empresa espiritual, hacia la conciencia de unidad.